Gijón
Una ciudad costera que pivota sobre su famosa playa de San Lorenzo, no puedes dejar de…
Elogio del Horizonte
1.- Subir a Cimadevilla
en el cerro de Santa Catalina, con sus baterías de cañones de otras épocas. Desde allí puedes contemplar las playas desde lo alto y disfrutar de vistas panorámicas del puerto de Gijón y del mar Cantábrico a través de los brazos de hormigón del “Elogio del Horizonte”, una escultura que Eduardo Chillida hizo en 1990. También hay una torre vigía del siglo XVI, la Torre del Reloj.
2.- Comer un pote asturiano
en uno de los pequeños restaurantes que hay en el “muro”, la zona de contención de las olas que se construyó en el siglo XIX para proteger a la ciudad de los avances del mar, frente a la playa de San Lorenzo, hoy llena de restaurantes y bares, y gente que pasea a cualquier hora.
Esta playa es la mayor y una de las más populares de Gijón, de más de un kilómetro de arena blanca, donde a menudo los surfistas aprovechan el oleaje, o la gente pasea simplemente por la arena.
3.- Visitar las antiguas termas romanas de Campo Valdés
( https://www.gijon.es/es/directorio/museo-termas-romanas-de-campo-valdes ) , que están al lado de la playa, en parte sepultadas por la iglesia de San Lorenzo, construida imitando el estilo prerrománico asturiano entre 1945
y 1955. Las termas romanas de Campo Valdés son uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Gijón. Es un conjunto termal de época romana, descubierto en el siglo XIX, y que ha sido objeto de múltiples excavaciones y restauraciones a lo largo de los años. Tiene diversas salas y dependencias, entre las que destacan las piscinas de agua caliente y fría, las saunas y las salas de masajes. También cuenta con un sistema de calefacción y ventilación, y estaba decorado con mosaicos y frescos de gran belleza.. Además, el yacimiento está situado en un lugar privilegiado, junto al mar, lo que añade un atractivo extra a la visita. Es posible realizar visitas guiadas.
4.- Entrar en la Biblioteca Pública Jovellanos
en un edificio neoclásico de la calle del mismo nombre, y luego enfrente, sentirse transportados al interior de un joyero bizantino gigante, brillante y abigarrado, pintado por los hermanos Immenkamp: es la Basílica del Sagrado Corazón, conocida popularmente como “La Iglesiona”. Tiene una historia bastante agitada, que podéis mirar en su web: basilicadegijon.com.
Basílica del Sagrado Corazón
5.- Seguir alguna de las rutas culturales y gastronómicas
que recomiendan en la web municipal: Rutas culturales | Web de Gijón (gijon.es)
Oviedo
Antigua y vetusta ciudad montañesa, es un placer pasear por sus calles, callejones y plazas, pero sin dejar de
1.- Paladear unos deliciosos dulces santumedés o letizias o carbayones
en alguna de las pastelerías que hay por el centro histórico, como la de la calle Jovellanos, por ejemplo: “Santumedé”.
2.- Subir hacia el monte Naranco
Nuestra Señora del Naranco
mejor a pie para ir paladeando el paisaje, hacia el monte Naranco, para hacer una visita guiada a Nuestra Señora del Naranco y un poco más arriba, a la de Santa María de Lillo, para contemplar Oviedo desde lo alto y, sobre todo, apreciar esos magníficos monumentos del románico astur.
Santa María de Lillo
3.- Tapear en las inmediaciones del Mercado del Fontán,
un antiguo mercado de abastos donde se pueden comprar productos locales, para contagiarse del ambiente animado que hay por allí. Cerca está una de las fuentes más antiguas de la ciudad, donde hay que sentarse junto a las “vendedoras” de la plaza del Fontán, que es una estatua de las muchas que hay por todo el casco antiguo.
4.- Pasear por el centro de Oviedo sin una ruta concreta,
dejándose atraer por los edificios, las plazas, los mercados o las muchas estatuas que nos salgan al paso: sin duda llegaremos a la catedral de San Salvador, en estilo gótico del siglo XIII, con una torre octogonal (con vistas a toda la ciudad desde lo alto); al Monasterio románico de San Pelayo, construido en el siglo IX (con el sepulcro de San Pelayo, patrón de Oviedo), que en la actualidad es la sede del Museo de Bellas Artes de Asturias;
al Parque de San Francisco para relajarse un ratito; a la iglesia de San Juan el Real, románica e impresionante; al Teatro Campoamor, donde se celebra la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, o al Ayuntamiento, de fachada barroca monumental, construido en el siglo XVII…
En la plaza de la catedral, con los palacios astures al lado, hay que saludar a la estatua de la Regenta, que contempla su ciudad.
5.- Comer cachopo
en cualquiera de los numerosos bares y sidrerías que hay por la parte baja de la catedral, donde varios han sido premiados en distintos años por lo bien que se les da este manjar campechano. En especial, pasea por la calle Gascona, también conocida como «La Ruta de las Sidrerías», famosa por sus bares y restaurantes que ofrecen sidra y platos típicos asturianos.
Y ALGUNAS MÁS QUE TENÍAMOS QUE COMPARTIR:
1.- Alójate en el Gran Hotel España de la calle Jovellanos, 2 de Oviedo https://www.granhotelespana.es/, para sentir la historia de esta ciudad provinciana y cosmopolita, sin un inmenso presupuesto, pero con todas las comodidades y en el centro mismo de todo.
2.- Escápate a Gijón todo un día para ver bajar y subir la marea en el paseo de la playa de San Lorenzo, subir a Cimadevilla y comer en el muro, además de asomarte a las elegantes calles de detrás. Luego nos podemos acercar a la Plaza Mayor, para pasear y tomar algo en los bares y restaurantes de allí. El Jardín Botánico Atlántico, de 25 hectáreas, que alberga más de 2.000 especies vegetales de la región atlántica, incluyendo plantas autóctonas de Asturias y de otras partes del mundo. Además, tiene un invernadero tropical de los más grandes de Europa. Y el Acuario también es otra visita entretenida si tenemos más tiempo, o más días.