EL HIERRO

20 EXPERIENCIAS Y LUGARES QUE NO TE PUEDES PERDER

La isla del Meridiano, la isla cromática.

El Hierro es una isla sorprendente, acogedora a pesar de sus paisajes inhóspitos e hipnóticos a la vez, la que tiene más espacios naturales protegidos de todo el archipiélago canario (un 58% de su territorio). Para quienes quieran viajar con calma y empaparse de un lugar, y por tanto tengan tiempo para encontrar los sitios más escondidos y no tan frecuentados a través de experiencias sencillas y agradables, proponemos una lista de los que nos han encantado en El Hierro. Allí todo es intensidad, por los marcados contrastes cromáticos y por la dureza de las condiciones de vida para los seres que la habitaban hasta hace no tantos años (aunque no para los que la visitamos en nuestros días).

1.- Mirador y barranco de Jinama: mirar la costa de El Golfo desde esta altura da una perspectiva imprescindible, pero bajar después junto a los jardines verticales de este barranco es mágico. Si hay niebla parece que saldrán hadas detrás de los helechos, y si está soleado, la vista es preciosa todo el tiempo. Eso sí, puede dar un poco de vértigo en algunos tramos, pero la bajada está muy bien acondicionada para los habituados a caminar. Si no, con bajar algunos cientos de metros ya se experimenta un poco de esta maravilla.

2.- Buceo en la zona de Tacorón- Reserva Marina La Restinga: Mar de las Calmas. El mar en El Hierro es intenso y fuerte, hay que bañarse con cuidado. Pero renunciar a ver los fondos marinos no es necesario, pues hay una zona que respetan tanto los vientos como el mar de fondo: por ello tiene este nombre de Mar de las Calmas y además hay cerca varias piscinas naturales resguardadas, en las que se pueden ver “viejas” y “gueldes” multicolores, besugos, “antoñitos” y salmonetes rojizos, etc. Para quienes les gusten las inmersiones, la Reserva Marina de La Restinga es un punto clave donde encontrar una escuela de buceo o para alquilar el material necesario y/o una embarcación.

3.- Vistas desde el pico Malpaso. Esta es la mayor cumbre de la isla, con 1501 m de altitud. Se puede hacer una subida ininterrumpida desde Frontera, por la ruta de los acantilados, o bien andar por el llano hasta el punto geodésico, dejando el coche en el aparcamiento de la Cruz de los Reyes, muy cerca. Desde el Malpaso se ven sin dificultad (en un día despejado del sempiterno sombrero de nubes bajas que muchas veces hay sobre la parte alta de El Hierro) todas las islas de la provincia de Tenerife: La Gomera, el pico del Teide en Tenerife más lejos y la parte sur de La Palma: ¡estos días podría apreciarse allí sin duda la gran erupción del volcán Cumbre Vieja!

4.- Meridiano Cero y faro de Orchilla. Los franceses establecieron en 1634 el meridiano cero cerca del punto más occidental de la tierra europea, que está muy cerca del faro de Orchilla. Aparece así en muchos mapas de los siglos XVI y XVII. Por eso la isla de El Hierro también es conocida como la Isla del Meridiano.

Este meridiano fue uno de los más usados, hasta el cambio definitivo por el de la ciudad de Greenwich en 1885, durante una conferencia en Washington. El paisaje volcánico multicolor que rodea al faro merece también un paseo detenido. Además, no hay que perderse el tubo de lava al que se puede acceder en las inmediaciones del faro.

5.- Pasaporte Turístico de El Hierro. Este pasaporte permite conocer todos los centros turísticos de la isla mediante un único pago. Está gestionado por la empresa El Meridiano https://www.meridianosau.es/. Se puede comprar en las Oficinas de Información Turística o directamente en cada uno de los lugares que lo incluyen, que son la Casa de la Quinteras en Valverde; el Centro de Interpretación del Parque Cultural de El Julan; el Centro de Interpretación Geológico en El Pinar; el Centro de Interpretación del Geoparque El Hierro, cerca de Tacorón-La Restinga; el Ecomuseo de Guinea y el Centro de recuperación del lagarto gigante en El Golfo, y El Garoé-Árbol Santo, cerca de San Andrés. De la mayor parte de los ellos hablamos a continuación.

6.- Petroglifos y restos arqueológicos en El Julan. Los bimbaches, los primeros pobladores de El Hierro de los que se tiene constancia tienen un posible origen bereber y realizaron numerosos petroglifos en diversos puntos de la isla. Aún no han podido ser descifrados, pero los ubicados en El Julan son, sin duda, los más extensos. Hay un Centro de Interpretación del Arte Rupestre con un pequeño museo para conocer tanto el yacimiento cercano como otros restos arqueológicos bimbaches. Para a visita, hay posibilidad de ir y volver en todoterreno, o bajar andando por la pista y subir en el coche de los guías. Son unos 16 km ida y vuelta. La visita del yacimiento arqueológico comienza en la ruina del antiguo lugar de reunión denominado Tagoror. Después nos encontramos un conchero, muestra fósil de la importancia de uno de los componentes de la dieta de los primeros habitantes de El Hierro, los moluscos. Al poco, en una empinada ladera volcánica, están diseminados varios grabados bimbaches horadados en placas de lava.

7.- Centro de Interpretación del Geoparque, en la carretera de La Restinga, cerca del desvío a las playas de Tacorón. El museo tiene dos edificaciones. En la más grande, en varias pantallas interactivas, además de otras presentaciones más convencionales como paneles o vitrinas, se muestra la historia volcánica de la isla, así como la evolución de los volcanes. En la segunda edificación hay información de la última erupción volcánica en el mar frente a La Restinga, en 2011. El Centro está rodeado de conos volcánicos y diferentes tipos de lava y material piroclástico. El Hierro está declarado por la Unesco Reserva de la Biosfera desde el 22 de enero de 2000, y en 2014, la isla entera como geoparque, también por la Unesco.

8.- Playa El Verodal. Esta playa roja es protagonista de la primera temporada de la serie de televisión “El Hierro”. El baño en ella es muy peligroso por las corrientes y porque no se hace pie enseguida. Sin embargo, pasear bajo el imponente acantilado en este lugar de colores intensos o contemplar la puesta de sol sobre el mar es un gran espectáculo.

9.- Ruta por la costa norte y noroeste desde Cala Blanca a las Puntas de Gutiérrez. Esta excursión es apta para todos los estados de forma ya que transcurre por un camino bien preparado y marcado sobre la lava volcánica, casi totalmente plano. El color claro de la arena de la rara playa de Cala Blanca cede paso a un mosaico de negros (¡sí, se pueden ver tonalidades de negro por aquí!), marrones, rojizos… frente a un mar azul intenso. Hay pinceladas perfectas de una vegetación muy escasa, que resalta sobre los tonos oscuros y lucha por sobrevivir en este ambiente tan exigente. Al final del paseo están las Puntas de Gutiérrez, unas formaciones de lava que entran hacia el mar, y el elegante arco de piedra de La Tosca. Han puesto un mirador para sentarse a verlo, antes de emprender el camino de vuelta. En total son unos 6 km.

10.- Piscinas naturales en la zona de El Golfo, cuya abrupta costa tiene muchos entrantes que ha hecho la lava, y huecos que ha excavado el mar. Por ello es un entorno adecuado para que existan piscinas naturales en las que se puede hacer un baño en cualquier época del año. Esto conviene tenerlo en cuenta, pues el mar a menudo está movido y peligroso por el oleaje, como nos pasó a nosotros en mayo. Además de ser muy fotografiables, se está muy bien en estas piscinas naturales, viendo lo enfadado que parece el mar y lo tranquilo que se está dentro, si tenemos la suerte de que no haya mucha gente en ese momento. Charco Azul, La Maceta, Charco de Los Sargos… sólo hay que tener tiempo e ir descubriendo cuál nos gusta más.

11.- Charco Manso y ría de Tamaduste. Para nosotros, el mejor “charco” de la isla, y el ránking es muy selecto. Pero en este lugar es de ensueño (mejor a una hora en la que estemos solos o como mucho, acompañados de cangrejos por doquier). Hay varios pequeños estanques bajando hacia la derecha de la carretera y del aparcamiento, pero el mayor es un espejo perfecto. En otros entra el oleaje y luego se pierde el agua por decenas de huecos… Merece la pena la revirada bajada desde la carretera principal.

Bastante cerca está la muy turística ría de Tamaduste, que por desgracia para los amantes de lo natural, tiene bastantes casas y apartamentos, pero que aún conserva un fondo muy interesante y agua muy limpia: es accesible fácilmente desde varios puntos y está poblada de infinidad de babosas de mar blancas con ocelos negros o negras con ocelos blancos (Nudibranchia), bancos de peces medianos y pequeños… En fin, una biodiversidad inesperada, en una zona protegida del oleaje.

12.- Ermita de la Virgen de los Reyes y ruta por el sabinar de La Dehesa. La patrona de El Hierro es una constante en muchos folletos publicitarios, y es que la devoción es grande. La imagen fue entregada por unos marineros a los pastores herreños a cambio de comida en el siglo XVI, y hoy tiene dedicada una coqueta ermita blanca. De allí salen varios senderos fáciles de caminar, pero muy agradables, hacia el sabinar de La Dehesa, donde se encuentra uno de estos árboles tan longevos, que es la imagen moderna de la isla: una sabina cuyo ramaje se arrastra cual cabellera por el suelo, empujada por un viento constante que la ha hecho crecer así. Hay otras parecidas, aún más longevas, en las cercanías.

13.- El parque eólico de de Gorona del Viento, con el que se pretende alcanzar el objetivo de ser la en la primera isla del mundo en abastecerse totalmente de energías renovables. Esta central hidroeólica, que combina viento y turbinas de agua para obtener energía gratuita, es un orgullo para una isla donde todo cuesta esfuerzo conseguirlo. Es interesante desde este punto de vista, y la perspectiva desde la parte alta se puede aprovechar junto a una visita a los miradores.

14.- Miradores. La subida por un camino vecinal, que sale desde la carretera HI-30 de Las Playas a Timijiraque, casi a la altura del Rincón Playa Grande (las coordenadas 27°45’38.9″N 17°55’07.7″W) hacia los miradores de Isora es una empinadísima pista semiasfaltada, a cada lado de la cual hay una excelente vista de los barrancos de las Playecillas y del Balón. Es necesario llevar un coche potente o un todoterreno, pues en algunas curvas la pendiente es tan grande que pueden patinar las ruedas en la gravilla suelta, al reanudar la marcha tras pararse a contemplar el paisaje. Cada uno de estos miradores tiene unas panorámicas perfectas ya que El Hierro es todo cuestas y nada impide la visión, pero además el Mirador de Isora es bonito por sí mismo, bien acondicionado para el turismo. Hay una fuente antigua que también se puede visitar. El Mirador de Las Playas está en restauración (2021). Otro mirador interesante y bien preparado, con restaurante, es el de La Peña, en Guarazoca, del arquitecto César Manrique.

15.- Las Playas, el Roque de la Bonanza y el Parador Nacional. Esta zona es muy poco poblada y da paso a una parte infranqueable de la isla, por lo que el Parador es un buen sitio para tomar algo o comer, dormir una o dos noches si se tiene mucho tiempo, y para contemplar este Roque tan característico (que desde un punto, nos asemejaba la estatua del Oso y el Madroño de Madrid), y las playas solitarias. En algunas fechas veraniegas nos dijeron que se emplean las sombras naturales que hay muy bien colocadas en ellas, y también fuentes en algunos lugares: El Hierro es una isla donde el entorno está cuidado y se acoge al visitante sin tener que hacer un gasto excesivo.

16.- Valverde, esta minúscula capital con un aire somnoliento, no es un lugar espectacular pero sí una buena parada para comer croquetas de pulpo y arroz de marisco en el restaurante El bombilla by Pedro Barbuzano, con vistas hacia el Atlántico, comprar quesadillas en Adrián Gutiérrez e Hijas (más caras que otras, pero sin duda las mejores de la isla) y visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, el antiguo casino, o el Centro Etnográfico Casa de las Quinteras.

17.- Árboles de lluvia desde San Andrés al Árbol Garoé: este es un árbol mítico de la época bimbache, que proporcionaba agua a los primeros habitantes. El agua era un bien extremadamente precioso en esta tierra volcánica, y más para ellos, que pastoreaban cabras y sobrevivían con poquísimo. Pudimos comprobar la “lluvia sin nubes” en este trayecto, ya que la niebla se va condensando en las hojas de los árboles y arbustos y gotea hacia canalizaciones o lugares donde la recogen para beber y regar. Es el milagro de los árboles de lluvia…

18.- La Llanía, con rutas entre la laurisilva. Este lugar es imprescindible en El Hierro. Forma un contraste inimaginable en otras zonas de la isla. Es todo verdor, niebla, lluvia incluso en un día seco por la concentración de nubes bajas que ya hemos mencionado. Hay varias rutas muy bien señalizadas en esta zona, de varios niveles de dificultad, desde muy fácil a un poco más largas (7-8 km`).

Las rutas de senderismo que hay por toda la isla, están asimismo bastante bien señalizadas y acondicionadas. Hay rutas exigentes, como la de la subida al Malpaso, y otras “domingueras” como algunas de La Llanía, o intermedias, como el Barranco de Jinama. Se puede encontrar información y mapas en la página web del Cabildo (https://elhierro.es, y https://elhierro.travel).

19- Lagartario y casas de Guinea, Roques del Salmor. Esta zona es imprescindible sobretodo para conocer cómo era la vida en la isla hasta tiempos recientes: trashumancia y escasez, con bastante trabajo y aprovechamiento de los recursos. No es extraño que en la isla parezcan expertos en sacar partido de pocos recursos y que sean por ello pioneros en un estilo de vida más ecológico que el de muchos habitantes de otros lugares.

En las casas de Guinea, el antiguo pueblo antaño parcialmente destruido por la lava, quedan en pie o reconstruidas unas casas que además, han sido amuebladas según diversas épocas pasadas; también allí al lado se visita el interior de un túnel de lava, y el lagartario, en el que se pretende recuperar la población de lagarto gigante del Hierro, casi extinta en muchos lugares de la isla.

En los vecinos Roques del Salmor se habían conservado ejemplares de estos lagartos y se siguen repoblando en la actualidad.

20.- Un imprescindible de El Hierro es la comida sin duda. Con pocas materias primas se obtienen platos sabrosos, y el precio barato o muy moderado en casi cualquier bar o restaurante es un aliciente más. Hay pescados locales, no muy variados pues la tradición bimbache es ganadera y no pescadora, pero sabrosos. Y lapas, que se sirven en muchos locales. La tradición pastoril queda patente en las numerosas recetas con queso (¡el caldo de queso, por ejemplo!), carnes de cabrito, conejo o pollo de corral bien guisados. Los vinos blancos en particular, pero también rosados y tintos jóvenes de la isla, con denominación de origen, acompañan a estas viandas… Para terminar, unas quesadillas sin duda, y un barraquito en El Pinar, en los Bares-Cafetería Chachi o El Mentidero, tomado en la terraza de la plaza enfrente de ambos. Este café con leche condensada, leche espumada y un golpe de ron, Licor 43 o Tía María, aunque hay versión sin alcohol también, es una delicia que no hay que perderse en Canarias. En todos los lugares la acogida es excelente, y el trato muy familiar te hace sentir como en casa.