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Tenerife, isla con encanto, que se puede visitar en cualquier época del año y asegurarte un clima espectacular a pesar de la calima, es una isla que tiene mucho que ver, con muchos contrastes, no solo es la isla de El Teide y de los plátanos canarios. Perfecta para todo tipo de turismo, no te aburrirás, tanto si buscas naturaleza, playas o rutas de senderismo por la montaña.

Para arrancar nuestro viaje, partimos de Puerto de la Cruz, al norte de la isla en donde nos alojamos, ciudad muy agradable para pasear tanto por el paseo marítimo como por sus calles interiores, en la que siempre encontraras actividades a lo largo de todo el año (en nuestro caso asistimos a varios conciertos por la noche), y de verdad que imprescindible bañarse en las piscinas de los lagos Martianez.

Empezamos el primer día ya con coche alquilado, visitando Icod de los vinos, la cual destaca además de por su importante producción vitivinícola, por sus casas y calles con arquitectura colonial, por su famoso Dragó Milenario (planta de porte arbóreo que parece sacada de un cuento de hadas de 18 metros de altura y diámetro de copa de 20 metros) declarado monumento nacional en 1917.

Continuamos ruta por el pueblo de Garachico, destacando sus preciosas piscinas naturales de El Caleton, la Ermita de San Roque, el convento de San Francisco, el fuerte de San Miguel, la plaza de la Libertad, escultura Tensei Tenmoku, puerta de tierra, etc… , en esta localidad aprovechamos para comer típica comida canaria en la Tasca de El muelle viejo, donde no podían faltar unas papas arrugadas con mojo. Tras reponer fuerzas y pasando por El Tanque, en dirección a Puerto de Santiago para ver el Acantilado de los Gigantes, fama no en vano ya que los mismos cuelgan por encima de 800 metros, en donde aprovechamos para disfrutar de un baño y de un espectacular atardecer en la playa de la Arena.

Ya en el segundo día nos dirigimos a la Orotava, de imprescindible visita la casa de los Balcones, así como el jardín de la Victoria y la iglesia de San Agustín. Seguimos camino a Santa Ursula para visitar la escultura floral de La Giganta, continuando hasta Bajamar, deleitándonos de un baño en sus maravillosas piscinas naturales y comer un espectacular pescado a la parrilla en La Cofradía (muy recomendable este restaurante). Después de reponer fuerzas seguimos ruta por el precioso parque rural de Anaga, el cual ocupa buena parte del Noroeste de la isla, este área está protegida por la UNESCO, de gran importancia su flora, fauna y restos arqueológicos. En el mismo hay multitud de rutas de senderismo y miradores espectaculares a lo largo de la carretera que lo atraviesa, siendo recomendable visitar el centro de visitantes para informarse de las mismas, destacando entre ellas la ruta del Bosque Encantado, o miradores como el de El Bailadero. Acabamos el día disfrutando de un paseo y baño en la playa de las Teresitas en Santa Cruz de Tenerife, playa de las pocas que no es de arena negra volcánica, ya que es una playa artificial creada con arena traída del Sahara.

Comenzamos el tercer día con la visita al LORO PARQUE en Punta Brava, para el deleite de niños y mayores, disfrutando de los numerosos animales y espectáculos de delfines, orcas, focas y loros. Recomendamos comer en cualquiera de los restaurantes que hay fuera del Loro Parque, nosotros lo hicimos en Bodega la Era y nos pareció correcto, y como no, no podía faltar disfrutar la tarde en las playas cercanas al mismo de María Jiménez, playa chica y playa del Castillo, aprovechando para ver el Castillo de San Felipe.

En el cuarto día nos dirigimos a La Laguna, ciudad patrimonio en la que casualmente nos cruzamos con el famoso Director de Cine Alex de la Iglesia, el cual iba con un enorme grupo de personas viendo emplazamientos para grabar. Visitada la Laguna continuamos al Sur a la Candelaria para terminar comiendo en El Médano, disfrutando la tarde de su playa, muy bonita por las formas de la erosión del mar en las rocas. Playa visitada por bastantes surferos. Ya de vuelta a Puerto de la Cruz, imprescindible pasar por la playa El Bollullo, que aunque de complicado acceso con el coche ya que la carretera es estrecha, mereció la pena ver el atardecer en la misma.

Quinto día, El Teide con sus 3715 metros, excursión obligada para todo el que visite Tenerife, paisaje único y espectacular, parque que ofrece una sorpresa a cada paso.

Ya con las entradas compradas con antelación para el teleférico de El Teide y a pesar del inconveniente del corte de carretera que va desde la Orotava al Teide, por el incendio que estaba sufriendo la isla en la zona de los Realejos esos días, nos informaron que había acceso al Teide por la carretera de la Esperanza, por lo que emprendimos nuestro viaje por la misma, a medida que íbamos subiendo pudimos comprobar la diversidad de paisaje y la inmensidad del mismo, con bosques de pinos, valles verdes y cuanto más ascendíamos mayor diversidad de paisajes volcánicos, destacando las cañadas del Teide, el observatorio astronómico, el mirador del pico viejo y el mirador de la fortaleza. Y como no, no podía faltar la típica foto a los Roques García, imagen más famosa del Teide, ya que aparecía en los ya antiguos billetes de 1.000 pesetas.

Y por supuesto recomendable ir parando según se va ganando altura, no ya solo por admirar la belleza de los paisajes, sino también para ir acostumbrando al cuerpo y no tener un susto de mal de altura.

Sexto y último día, aprovechando la cercanía de la isla de Tenerife a la de La Gomera, una hora en barco desde el Sur de Tenerife (40 km de mar las separa), cogimos Ferry en el Puerto de Los Cristianos, para desembarcar en San Sebastian de La Gomera.

Conocida como la isla Colombina, de impresionante orografía para deleite del mejor de los conductores, por la cantidad de curvas y estrecheces de las carreteras que se convierten en un continuo sube y baja. Nosotros contratamos una excursión de 1 día en la cual te hacen un recorrido por la isla y te dan todo tipo de explicaciones. Que decir de La Gomera, isla de gran encanto y contraste en el clima y la orografía, isla vinculada a Cristóbal Colón dado que fue el último lugar en tierra firme que pisó antes del descubrimiento de América. Llena de miradores según se va ascendiendo por las carreteras, siendo el clima y vegetación en la costa totalmente diferente al del punto más alto, el alto de Garajonay a 1.485 metros. De cardones tabaibas se pasa a palmera canaria, de la que producen miel de palma, la cual va desapareciendo a medida que cogemos altura adentrándonos en el parque Nacional de Garajonay, lleno de laurisilva. Visita imprescindible la de la Laguna Grande, se cree que boca de antiguo volcán y llena de mitos, de leyendas de brujería. Multitud de rutas de senderismo se pueden realizar por el parque de Garajonay que hacen las delicias de los senderistas. Isla de la Gomera que actualmente vive del turismo, pero que antiguamente se dedicaba a la agricultura, dada su orografía la misma era en bancales o balcones, de las que todavía se aprecian los mismos.

Ya de vuelta a Tenerife, nada mejor que recuperar fuerzas del día de excursión que con una cena en el Puerto de la Cruz en el restaurante de La cofradía, disfrutando de una típica parrillada de pescados con ensalada y sobre todo de una inmejorable compañía, rematando el día cantando en el Karaoke.

Por tanto Tenerife y la Gomera lo tienen todo: mar, montaña, volcanes, rutas de senderismo, árboles milenarios sacados de cuento de hadas, animales, Gigantes por los acantilados que llevan su nombre, Giganta, piscinas y parques naturales, castillos, brujas, palmeras, ermitas, guachinches, etc, etc….. , también no olvidar las papas arrugadas, las plataneras con esos deliciosos plátanos de canarias y por último para terminar, decir que la rica salsa canaria se llama Mojo Picón, como dice la canción: mojo picón, mojo picón, la rica salsa canaria se llama mojo picón (que grande Caco Senante) …