La cuenca de Arcachon destaca por sus preciosas localidades playeras en la costa Atlántica con sus olas yodadas y sus pueblos ostrícolas. La bahía de Arcachon ofrece infinitas posibilidades para disfrutar de una escapada o de unas agradables vacaciones.
Uno de los imprescindibles a visitar, en el municipio de La Teste de Buch, es La Duna de Pilat, de arena blanca fina; con sus casi 107 metros sobre el nivel de mar y 3 km de largo, es la duna más alta de Europa. Impresionantes vistas desde su cima, con el contraste de ver por un lado el mar en el que entran las lenguas de arena, y por el otro el espectacular bosque de pinos (Pinus pinaster) para disfrutar de una panorámica de la punta del Cap Ferret, Le banc d´Arguin (el banco de Arguin) y el propio bosque.
Aquitania ofrece un montón de posibilidades: lagos en Bisscarrose para practicar actividades náuticas, y bosques de pinos con un montón de kilómetros de carriles bici, que hacen la delicia de los amantes del deporte; vinos prestigiosos a nivel mundial, bodegas centenarias afincadas en castillos, pueblos medievales tan pintorescos como el precioso Saint-Émilion rodeado de viñedos, que bien merece una visita y degustación en alguna de sus bodegas.
Arcachon es una bonita localidad turística con una estupenda playa y un paseo marítimo muy agradable, ideal para alojarse y desde allí descubrir todo ese entorno: desde la duna de Pilat hasta el Cap Ferret y su faro, así como también la cercana Burdeos y las localidades vitivinícolas cercanas. Arcachon consta de 4 barrios, los cuales llevan el nombre de las 4 estaciones. Uno de ellos es el barrio de Ville d´Hiver, que destaca por sus majestuosas villas del siglo XIX. Merece la pena también visitar el parque de Mauresque, así como su mercado, sin olvidarnos de sus típicos embarcaderos. Desde esta localidad se puede dar un paseo en barco recorriendo la Île aux Oiseaux para ver las famosas cabañas sobre pilotes (les cabanes Tchanquées), construidas en su momento para la vigilancia de criaderos de ostras.
Una de las joyas de Arcachon por su historia y que tampoco se debe de perder es la Basílica de Notre Dame.
Muy cerca de Arcachon se encuentra Gujan-Mestras, considerada la capital de la ostricultura de Arcachon. Se compone de 7 puertos, donde destaca la visita de La Maison de l´Huitre, pequeño museo dedicado a la ostra de la Bahía de Arcachon. Allí te explican las diferentes técnicas de cultivo y la historia de la ostra. Esta zona está repleta de cabañas y restaurantes en los que recomiendo disfrutar por supuesto de una degustación de ostras.
A una hora de Arcachon, bien sea en coche o por lo fabulosamente bien comunicado que está, también en tren, es de obligado cumplimiento visitar Burdeos, ciudad histórico-artística conocida por sus viñedos, en la que sobre todo destaco como imprescindibles los siguientes lugares que no se pueden dejar de ver: la Basílica de San Miguel, el puente de piedra del río Garona, las numerosas puertas (de Borgoña, de Aquitania, de Cailhau, de Dijeaux), Grosse Clochee (campana del siglo XVIII sobre una antigua cárcel), la Catedral de Burdeos, el Hôtel de ville, el Palais y la Place de la Bourse, con el famoso Miroir déau (el estanque infinito, y uno de los lugares más fotografiados de la ciudad), el gran teatro, la plaza de Quinconces con el monumento “aux Girondins”, la famosa y comercial calle de Santa Catalina, etc. Y por supuesto, no podemos olvidar el museo del vino (La Cité du Vin) y de uno de los centros de arte digital mayores del mundo, les Bassins des Lumières.
Por cierto, aunque en Burdeos te puedes mover paseando, recomiendo bajar la aplicación de transporte TBM (Transports Bordeaux Mètropole), con la que puedes comprar un bono diario por 5 Euros, y coger todos los tranvías que quieras para moverte por la ciudad.
En cuanto a gastronomía local, no dejéis de probar el famoso canelé (pastel con ron y vainilla), el delicioso pastel vasco, las “galletes”, el foie gras, las ostras, el marisco, el vino de burdeos, etc, que harán las delicias de los más sibaritas.
Algunos de los lugares turísticos cercanos de obligada visita si vas en coche son: Hondarribia, San Juan de Luz, Biarritz, Bayona, y los lagos de Biscarrosse, que hemos mencionado antes, con su museo de la Hidroaviación.
Hondarribia (Fuenterrabia), ciudad a 20 km de San Sebastián, hace frontera natural con Hendaya (Francia) en la desembocadura del río Bidasoa. Merece un paseo por su casco histórico y sus bellas casas en el barrio de la Marina.
En San Juan de Luz hay que recorrer su casco antiguo, ver la iglesia de San Juan Bautista, que destaca por sus galerías de madera, ver su viejo puerto, el fuerte de Socoa y pasear por su elegante playa hasta el imprescindible Digue de Sainte-Barbe (la colina de Santa Bárbara), desde donde se contemplan unas espectaculares vistas.
En Biarritz, distinguida y elegante localidad, destaca una estupenda visita al Rocher de la Vierge, formación rocosa esculpida por el mar con preciosas vistas y la estatua de la Virgen María.
En Bayona está la joya de su Catedral de Santa María, el Château-neuf y Château-vieux, la ciudadela y las fortificaciones de Vauban, entre otros.
En definitiva, a pocos kilómetros de la frontera con España, se puede disfrutar de una agradable escapada con multitud de opciones y posibilidades. Eso sí, tener en cuenta que los horarios de comidas en Francia son los europeos y no los españoles, por lo que hay que no hay que despistarse si no os queréis quedar sin comer o cenar.
Dave.