Hoy os traemos una escapada larga antes de Navidad, que también podéis hacer con la familia en esos días festivos en los que los niños no tienen colegio. El destino está a poco más de dos horas de España en avión: el sur menos conocido de Italia, el tacón de la bota que parece la silueta de este país. Las cuidadas decoraciones navideñas de cada ciudad y pueblo nos hacen entrar en el ambiente festivo de las fiestas, si vais como nosotros, unos pocos días antes de Nochebuena.
Primer día de viaje
Salida en vuelo directo desde Madrid o Barcelona, con Vueling, hasta Bari, la capital de Apulia, la región que ocupa todo el tacón de la bota italiana. Nosotros llegamos a las 14:25, muy puntuales, tras un vuelo tranquilo. Cogemos un coche pequeño de alquiler de Sicily by Car en el mismo aeropuerto, reservado a través de Rentalcars. Salimos hacia la cercana Matera (67km) y encontramos nuestro alojamiento, en Le Volte Luxury Suites (Via Gian Battista Pentasuglia 19), muy cerca del centro. Descansamos un poco y salimos a dar un paseo nocturno por esta preciosa ciudad perfectamente conservada.
Hay mucha historia que no se ha alterado en estas calles poco iluminadas, tan diferentes de las del verano bullicioso, pero mágicas con sus luces de Navidad delicadas y la poca gente que hay. Cualquier itinerario que se haga por el centro nos traerá casas-cueva, locales también en cuevas y hasta restaurantes en cuevas (Sassi): nosotros cenamos temprano un menú de entrante, primero y postre en una de las muchas y bien preparadas «osterias» que hay en el casco antiguo, todo muy rico y bien servido. Matera es una peña gigante horadada con todo tipo de habitáculos que se han conservado en su estado original en su mayor parte. Otro día os contaremos más de ello, pero no dejéis de sucumbir a su encanto.
Segundo día de viaje:
Por la mañana desayunamos en el Café Schiuma, que está incluido en nuestro alojamiento. es una rica pastelería con variedad de oferta y un rico café. Luego ampliamos nuestra visita cultural a Matera, que incluye las minúsculas iglesias rupestres del Sacco Caveoso : Chiesa Rupestre di Santa Maria di Idris unida bajo la roca a la más antigua Cripta di San Giovanni in Monterrone,
palacios e infinidad de callejones, con una perspectiva distinta a la de la noche anterior, componiendo otro bellísimo belén natural. A media mañana salimos hacia Alberobello, pasando por Gioia de Colle, un pueblo no tan turístico, donde comemos en una antigua destilería convertida en restaurant, un sencillo y rico menú con amable conversación del dueño: L´Antica distilleria Manhattan Via Santeramo 308/b Gioia de Colle . Pero no tenemos tiempo de ver el «castello normanno-svevo» que hay en esta pequeña ciudad.
Llegamos a Alberobello, sitio mágico que te atrapa con sus casas de gnomos,
los trulli, esas viviendas con unos característicos tejados cónicos de piedras superpuestas y paredes blancas.
Tampoco está tan concurrido como en verano, lo cual se agradece. Locorotondo y Martina Franca, en el valle de Itria, serían otras paradas interesantes que no llegamos a tiempo de ver puesto que en invierno se hace de noche muy temprano. Atravesamos entre dos luces las lagunas a las afueras de Taranto, junto al mar Jónico ya, y seguimos para dormir en Gallipoli, donde tenemos una gran habitación de dos pisos, con vistas al mar en el Xilhotel (Via B. Ravenna, 43) Antes damos un paseo nocturno por esta pequeña ciudad costera, y cenamos en el restaurante La Navícula (Via Incrociata, 24), uno de los mejores que sirven buen pescado y marisco en el centro histórico.
Tercer día de viaje
Desayuno buffet espléndido en nuestro hotel, con vistas al mar también. Damos después un paseo hacia el castillo Angevino-Aragonés, a la iglesia de San Francisco de Asís, la basílica de Santa María de la Purificación, y la catedral de Sant’Agata, entre otros puntos de interés.
Salimos a media mañana por la carretera SP-215 hasta la preciosa y virgen Spiaggia di Punta della Suina, donde damos un buen paseo entre los pinares y las rocas de este lugar solitario en esta época del año. Continuamos costeando por carreteras en obras donde a veces nos perdemos, hasta llegar a Santa María de Leuca, “el fin del mundo”. Comemos pasta fresca muy bien preparada en Café do’ Mar Via Bolzano,773040 Santa Maria di Leuca (www.cafedomarleuca.it),
después de visitar la Iglesia de Cristo Re. Paseamos luego por la bonita marina hacia la Basílica santuario de Santa María de Finibus Terra, junto a su impresionante faro, el punto más al sur de la Península Itálica, el Finisterre italiano.
Proseguimos viaje todavía por la costa, hacia Lecce. Visitamos el bellísimo pueblo de Otranto,
con su castillo aragonés, su impresionante y cuidado casco antiguo, con la Catedral de Santa María Annunziata:
no hay que perderse la cripta en mármol blanco, de estilo bizantino. Una visita que puede ser más extensa, pero la noche nos alejó para buscar nuestro sencillo alojamiento en el centro de Lecce, B&B Verdi ( Piazza Giuseppe Verdi 16), donde cenamos en un pequeño restaurante familiar Le Zie Via col. Costadura, 19 73100 Lecce, con buena comida casera.
Cuarto día de viaje
Desayunamos en el B&B, en donde somos los únicos clientes. Todo muy familiar. Paseamos por el centro de esta tranquila ciudad, capital del barroco italiano en el sur, visitando el Duomo y algunas iglesias, para finalizar en el palacio de Carlos V. Todo monumental, pero nos parece algo menos atrayente que los pueblos que llevábamos viendo los días anteriores.
Así que salimos hacia la costa de nuevo, para conocer los farallones de Sant’Andrea: desde Rocca Vecchia, vemos el castello de Roca Vecchia hasta la Grota della Poesia,
nos paramos de nuevo para caminar hacia le Due Sorelle en el Area Naturale Pineta Costiera di Torre dell’Orso, un sitio muy fotogénico también, y seguimos paseando a pie hacia los Faraglioni di Sant’Andrea y su espectacular Punta de lu Pepe, cerca de la cual se puede bajar al agua por una escalera esculpida en la piedra. Las rocas en esta zona de la costa ha sido moldeada por el mar en formas bellísimas.
Antes de comer llegamos a Brindisi, hacia el norte; cerca de San Cataldo atravesamos los humedales de la Riserva Naturale Le Cesine, y luego las marismas del Parco Naturale Regionale Bosco e Paludi di Rauccio.
En Bríndisi hacemos un pic-nic en el puerto y recorremos brevemente la ciudad: el paseo marítimo, le Colonne Romane, la Piazza del Duomo con la Cattedrale di San Giovanni Battista. Frente al mar no podemos resistirnos a tomar un café en Betty – Gelateria Cafe Ristorante (Viale Regina Margherita, 6). Dejaremos para otra ocasión quedarnos a dormir en esta ciudad que promete más experiencias. Nosotros seguimos hacia el norte, donde nos esperan una serie de pueblecitos fenomenales, que nos van maravillando uno tras otro:
la joya encalada en lo alto de la montaña que es Ostuni nos parece de lejos un montón de palomitas coronado por cúpulas de iglesias; nos perdemos por sus callejuelas estrechas y empinadas que parecen un laberinto mágico y podemos mirar el horizonte hasta el mar;
Monopoli y su original decoración navideña, con un castillo de cuento infantil, y por fin, Polignano a Mare, pueblo casi gemelo del anterior, con el centro histórico de casas de pescadores bien conservado para el turismo, donde destacan las viviendas asomadas literalmente al acantilado. Llegamos para cenar en Bari, una ciudad en comunión con el mar, para aprovechar su variada oferta gastronómica.
Aparcamos muy cerca del Teatro Petruzzelli, y paseamos hacia el centro histórico. Nos paramos a cenar en Matiti Pasta Bistrot (Piazza del Ferrarese, 17). Luego paseamos por esta ciudad algo caótica y desastrada, en contraste con la muy cuidada Lecce, aunque también con encanto. Caminamos hacia la Piazza Mercantile, cerca del mar, y luego por las callejuelas intrincadas de origen medieval hacia la Basilica Pontificia San Nicola y la austera monumentalidad de la Catedral basílica de San Sabino. Dormimos en un apartamento cerca del aeropuerto, nada reseñable.
Quinto día de viaje
Muy temprano vamos a entregar el coche en el aeropuerto, aunque la oficina del Rent-a-car está cerrada todavía. Echamos la llave en el buzón que tienen para estos casos, y todo va perfecto. Cogemos el primer vuelo de la mañana a España.
Que preciosos lugares😍