Una visita imprescindible al centro de la ciudad por San Valentín.
París tiene un aura mágica por varios motivos: la luz, el ambiente cosmopolita y artístico, y un largo etcétera. Los parisinos lo saben y lo explotan sin rubor. Ya en el aeropuerto nos dicen que “París nos ama”, así que por una vez nos vamos a rendir a este encanto un poco postizo por San Valentín y vamos a proponeros 9 imprescindibles que visitar en esta ciudad tan especial. Aunque ya la conozcáis, siempre es una buena idea volver y/o dar una sorpresa a alguien especial también.
Paseo por la Rive Gauche del Sena, desde la Cité, donde hay que acercarse a Notre Dâme ya menos quemada, infinidad de cafés e iglesias, los puestos de libreros que quedan…
Paseo por la Rive Droite del Sena, desde la place Vendôme hacia la Madeleine, la Concordia, los Campos Elíseos, los innumerables puentes sobre el Sena…
Ver el amanecer con el desayuno o tomar la cena a la puesta de sol en los Bateaux Mouches, o simplemente dar un paseo en una de estas barcazas.
Contemplar París desde lo alto de la Torre Eiffel, el símbolo inconfundible de la ciudad, que es igual de fotogénico a cualquier hora del día, pero sobre todo a la puesta de sol.
Visitar algunos de los muchísimos museos de la ciudad. Los mejores a veces están abarrotados, pero si vais poco tiempo, el Louvre es imprescindible.
Comer unos macarrons en la cuna de donde salieron, de la muy lujosa casa de repostería Ladurée (https://www.laduree.fr), por ejemplo, en la cafetería junto al río Pierre Hermé, en la orilla izquierda del Sena, Pl. de la Résistance, casi enfrente de la Église Orthodoxe Russe.
Sentarse en uno de los parques tan encantadores de la ciudad: el que más nos gusta son los Jardines del Luxemburgo, pero Las Tullerías son una buena opción al salir del Louvre.
Cenar en uno de los millones de restaurantes temáticos de cualquier cocina mundial, o los puramente franceses, como por ejemplo una sabrosa crêpe bretonne apta para celíacos en Breizh Café Montorgueil, en 4 Rue des Petits Carreaux, junto a la muy recomendable pero menos turística Rue Montorgueil.
Tomar un cóctel French75, con champán, limón recién exprimido, gin y un toque de azúcar de caña en el Bar Du Moulin, un sitio añejo y con todo el encanto parisino bohemio, en 10, Place des Petits Pères, junto a la curiosa iglesia de exvotos de Notre Dame des Victoires.
Y la lista no hace más que empezar, pero lo mejor de todo es perderse por cualquier calle, o dejarse llevar románticamente en un largo paseo junto al río.